sábado, 24 de noviembre de 2007

CUENTO

Este es un cuento tradicional que le gusta mucho a los niños, a través de el podemos trabajar también muchos aspectos, y no solo hay que limitarse a leerlo y que los niños lo escuchen, también podemos llevarlo a la dramatización mientras que lo contamos o decirle a los propios niños que lo vayan representando, también se puede hacer con muñecos o marionetas, o preparar murales, seriaciones de imágenes o mediante un power point ir enseñándoselo a los niños y contar la historia mientras que ellos lo ven.



"LOS TRES CERDITOS"


En un bosque muy muy lejano vivían tres cerditos, eran hermanos y les gustaba mucho jugar y cantar canciones.
Pero en el bosque vivía un lobo que era muy malo y se comía a todos los animalitos que allí vivían, así que los cerditos decidieron construirse una casita para poder esconderse del lobo y dormir tranquilos toda la noche, el más pequeño se la hizo con un montón de paja para poder irse a jugar más rápido, el mediano la construyo de tablillas de madera y también se fue a jugar con su hermano pequeño, mientras que el cerdito mayor seguía trabajando en su casita, ya que la estaba haciendo con ladrillos y cemento y les decía a sus hermanitos:

-Con esas casitas no estaréis a salvo del lobo, dejar de cantar y jugar y ayudarme a terminar la mía, que es más fuerte y más resistente para protegernos.

Pero los cerditos no le hicieron caso y seguían cantando y jugando alegremente, pero de repente llegó la noche y el lobo salio al bosque en busca de su comida, los cerditos al verlo corrieron asustados a sus casitas.

El lobo los siguió y primero fue a la casita de paja, intentó derribar la puerta pero no podía así que sopló y sopló y la casa derribó.



El cerdito pequeño corría muy asustado seguido por el lobo que se lo quería comer, pero consiguió escapar y se metió en la casita de madera de su hermano mediano.

El cerdito mediano le dijo:

-No te preocupes, esta casita es más resistente que la tuya.

El lobo llegó a la casita y empezó a darle golpes y patadas para derribarla, pero como no podía sopló y sopló y la casa derribó, los dos cerditos salieron corriendo muy asustados y se dijeron el uno al otro:
-Tenemos que ir a la casita de nuestro hermano mayor.

El lobo los seguía sin descanso pero los cerditos eran muy rápidos y consiguieron llegar a la casita de ladrillos, una vez allí le dijeron a su hermano mayor:

-Hermanito lo sentimos mucho, tenías razón, y por no querer trabajar el lobo casi nos come.

El cerdito mayor que era muy bueno y quería mucho a sus hermanos les dijo:

-No os preocupeís, soy el hermano mayor y cuidaré de vosotros, en esta casita el lobo no podrá entrar.

Los cerditos asustados le dijeron:

-En las nuestras tampoco podía entrar, pero con su soplido las ha derribado.

El cerdito mayor sonrió y les dijo:

-Esta casita es más resistente y soplando nunca podrá derribarla.

El lobo llegó hasta la casita de ladrillo y empezó a darle golpes, patadas, tirarle piedras...pero no podía derribarla, así que empezó a soplar, y sopló y sopló...pero la casa no se movía, el lobo se puso rojo de furia y empezó a soplar con todas sus fuerzas, y sopló y sopló...pero nada, la casita era demasiado dura.


Los cerditos lo veían desde una ventana y se reían de el y cantaban muy contentos pensando que no podría entrar allí ni derribar la casita para comérselos

Entonces el lobo dijo:
-Esta casita no puedo derribarla ni con mi soplido así que treparé hasta el tejado y entraré por la chimenea, así podré zamparme a esos cerditos jajaja.
El cerdito mayor lo escuchó desde la ventana así que tuvo una idea y empezó a preparar una deliciosa sopa de bellotas en un gran caldero que puso al fuego.

El lobo trepó por la casa hasta que llegó a la chimenea y una vez allí, ¡Pum! saltó dentro de ella pero al caer.....¡Ohhh!se cayó dentro del caldero y se quemó y salió corriendo de la casita y aullando como un loco.

Los cerditos estaban muy contentos porque el lobo ya no les haría daño, cantaban y bailaban con todos los animalitos del bosque ya que desde ese día no se volvió a ver ningún lobo por allí.







FIN



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